domingo, 29 de março de 2009

Meditaciones sobre la vida oculta. Geofrey Hodson

EL CAMINO DE LA LIBERTAD

MAESTRÍA


El mundo es una prisión, y el corazón del hombre es la celda donde su alma está prisionera. A través de los barrotes de las ventanas de los sentidos, el alma mira hacia el patio de la prisión anhelando escaparse. Para muchos no ha sonado aún la hora de su liberación, pues aunque rompieran los barrotes y se les franquearan las puertas, quedan todavía ceñudos carceleros que les cierran el paso. El deseo, la pasión, la sensualidad, la codicia, la presunción, el egoísmo, el odio y el orgullo --esos son los carceleros. Son en verdad guardianes ceñudos, cuya existencia depende del aprisionamiento del alma. Por tanto se resisten fuertemente a ser destruidos. Combatirlos no hace más que aumentarles su fuerza, pues la atención que les presta el alma aprisionada es la fuente de su vitalidad.

El modo de escapar no consiste en pelear con estos guardianes. El Sendero hacia la libertad no es saliendo por las puertas de la prisión, las cuales se formaron y se cerraron cuando nos sometimos a las faltas y vicios del yo inferior. El Sendero nos aleja de los conflictos externos y nos lleva hacia la paz interna. El prisionero debe escaparse adentro. No debe seguir mirando hacia afuera a través de los barrotes de las ventanas de los sentidos, hacia el patio donde existen los obstáculos de su libertad; debe cesar de combatir sus vicios con ataques directos. Al contrario, debe retirar de ellos todo pensamiento, y concentrarse en las virtudes y poderes opuestos. De este modo encontrará el camino en su interior, y pasará a un reino de conciencia superior, donde se volverá milagrosamente libre.

Se encuentra y se recorre este camino practicando el refreno, la pureza de vida, la aspiración, el idealismo y el propio sacrificio. En presencia de la pureza, el deseo muere. El amor puro destruye la pasión, supera todo mal y pone en libertad a aquellos en quienes nace. Tal es el modo de escapar de la prisión del mundo material, de la tortura de la tentación, de la esclavitud de la sensualidad, de las cadenas del odio y la codicia.

El camino está abierto para todos. Toda alma libre lo ha recorrido. Se le llama el Sendero de filo de navaja, el Sendero, el Camino Estrecho y Angosto, y “pocos son los que lo encuentran”. Unos dos mil años han pasado desde que estas palabras fueron pronunciadas. Durante ese período la humanidad ha progresado. Muchos perciben ahora el camino de la libertad, y sin embargo, continúan aprisionados por la fuerza de la costumbre, sometidos voluntariamente al dominio del deseo. Ciegos son los que no quieren ver, y mayor es su error que el de las almas más jóvenes que todavía no han des-pertado al clarín de la libertad.

Aunque muchas almas sienten ahora el descontento divino, todavía no comprenden su importancia y significado. Los hombres toman equivocadamente este anhelo inexpresable del hombre interno, por un apetito sensual, un hambre física, y tratan de calmar su mordiente dolor, lanzándose más profundamente en los excesos. No saben reconocer en él una señal de que ya están trascendiendo los placeres que hasta entonces los han maniatado, los juguetes de su niñez como almas.

Han entrado a la adolescencia espiritual, que exige cambios radicales y positivos. El desenfreno debe ceder el campo al ascetismo prudente, y la sensualidad a la austeridad. Los motivos egoístas deben ser reemplazados por el altruismo v la filantropía. Así se entra de firme en la adolescencia espiritual. Así se encuentra y se huella el camino que conduce a la madurez espiritual.

Por este camino han pasado los Hombres Perfectos que son los Guías espirituales del mundo, los verdaderos Instructores de la raza humana. Perfectos son Ellos en voluntad, en amor, en conocimiento, y perfectamente manifiestan estos tres atributos del Supremo.

Ayuda a la Naturaleza y con ella trabaja, y la Naturaleza te considerará como uno de sus creadores y te prestará obediencia (H.P.B.)

Nenhum comentário: