Con los ojos

del Alma

He caminado a tientas por el planeta tierra

dando tumbos y tumbos por el valle adelante;

y he llevado encendida la intuición de mi espíritu

con la luz de los cielos de otro mundo distante.

Yo que viví en la noche y crucé los senderos,

sembrando pensamientos en las almas humanas;

los ojos de mi espíritu miraban la grandeza

de las cosas ocultas que de lo eterno emanan.

Conozco la tristeza de no ser nunca niña,

de no tener caricias y vivir despreciada.

Yo he leído en las ruinas de almas en despojos

y sus ojos no vieron las miserias humanas.

Marchaba siempre a tientas teniendo para el mundo

vacías mi pupilas y mis ojos sombríos;

mas mi alma vislumbraba la grandeza divina

de otros mundos mejores para los sueños míos.

En la tibieza pobre de mi hogar olvidado,

cuánto pan con mis lágrimas de dolor he probado;

pero vibró mi acento melodioso y fecundo

y mis ojos sin vida dieron luz para el mundo.

Si he caminado a obscuras por los valles de Dios,

nunca sola he marchado cuando volaba en pos

de la dulce armonía, para poder formar

con las penas del alma un eterno cantar.

No son ciegos aquellos que sus ojos no ven;

las órbitas vacías están llenas de luz

de los seres que buscan en el mundo inmortal

desplegarse en un vuelo al romper el capúz...

Ciegos son los que luchan con mezquina ambición;

ciegos son los malvados que no ven su maldad,

ciegos son el orgullo, la envidia y la crueldad

y obscurecen sus sombras la luz del corazón.

Yo marché por la tierra caminando al azar;

por mis órbitas huecas mil lágrimas corrieron,

y el dolor de ser ciega transformaba mi ser,

y mis ojos cerrados me enseñaron a ver. ..

A ver dentro del alma y sentir el dolor,

a llorar la tristeza de añorar el amor,

a vivir en un mundo que me negó su luz,

y marché con los ojos clavados en mi cruz,

¡Ciegos marchan los hombres, que aunque viendo no ven

donde empiezan los males y se vislumbra el bien!

Rita García de Espiñeira

(De su libro “Las Voces Infinitas”

Bs. As. – 1950)